domingo, enero 10, 2010

Pastel de lima para desequilibrados

El equilibrio, algo que desde pequeño te enseñan a controlar, pero nunca aprendemos. No me refiero a ver quién aguanta más a la pata coja, o la delicada y disciplinada bailarina capaz de mantenerse sobre sus puntas como si no costara esfuerzo. Me refiero al equilibrio entre ser bueno y malo, soñador y despierto; a cómo encontrar la cantidad suficiente de cada cosa para ser perfecto. Eso ocurre con el pastel de lima, si es perfecto es porque es equilibrado en sus ingredientes. ¿Y cuáles son mis ingredientes? No sólo no mantengo el equilibrio si no que no se en qué consiste.

Sin embargo lo busco sin parar, me pongo metas, perfeccionar mi mente, mi comportamiento con los demás, ser más agradable, controlar mis enfados, controlar lo que como, ser atractiva, no ser vulgar, cultivarme, perfeccionar mi cuerpo,hacer bien mi trabajo, sentirme bien conmigo misma... quererme más. Más de uno se ha propuesto un cambio radical hacia el equilibrio como si fuera una aventura de Indiana Jones que acaba bien, claro.

Y a veces lo encuentro, lo saboreo y me siento orgullosa, pero que frágil es el equilibrio. Una vida no basta para anclarse al suelo, somos niños jugando a ver quién aguanta mas y siempre hay alguien esperando a tirarte, la mayoría de las veces sin intención de hacerte daño.

Así transcurre la vida empezando cada cierto tiempo de nuevo hasta que aparece alguien que parece ser el puente directo a tu meta, y lo confías todo. Ahora no se trata de la pata coja, si no de dejarte caer sabiendote en buenos brazos. Hemos caído en la trampa, a partir de ahora todo el equilibrio que logremos puede ser más duradero si lo cuidamos pero más frágil que nunca, una frase, un comentario, un gesto, una mirada, una imagen, una acción, una palabra pueden hacer que te desmorones como si fueras un edificio incapaz de sostenerse por más tiempo. Pero hay que retomar la cruzada, recuperar el equilibrio, que no se note la desolación que durante unos instantes te ha invadido. El privilegio de querer seguir intentándolo, hasta que lo encuentre. De saber que tu equilibrio es tuyo y tú debes dominarlo. Y encontrar...

Equilibrio para tener la picardía necesaria y no sufrir, equilibrio para no tener miedo a perder, equilibrio para decirte a ti mismo que vas bien, que hay que seguir.

lunes, febrero 09, 2009

Lo que no se ve con los ojos

Se me ha venido hoy a la cabeza el conocido dicho de "ojos que no ven, corazón que no siente". Como esas conversaciones que empiezan por lo bonitos que son tus vaqueros nuevos y acaban en el análisis mas profundo sobre la funcionalidad de la teletransportación, me he dicho: pero si la mayoría de las cosas no las vemos con los ojos. Recuerdo un día en clase de lengua cuando contaba unos 8 pequeños años. Como me gustaría ser pequeña otra vez y haber mirado con otras partes de mi cuerpo. Bueno, a lo que iba, ese día tan insignificante para la mayoría de nosotros fue para Emilia quizá el más revelador de su existencia; pero ella seria consciente de eso muchos años después. Ahí estábamos las tres, Juana, Emilia y yo leyendo un dichoso poema que a mi me costaba pronunciar como a un gato intentar cojer una pelota que se le escapa continuamente entre sus zarpas; mientras que Emilia lo leía con la soltura de un cuentacuentos. De Juana no tengo recuerdo, nunca destaco en nada durante los años del colegio y era mas bien callada y aburrida. Sin embargo, la tragedia comenzó para Emilia cuando la profesora nos pregunto por el significado de aquellos versos. Mi don para la lectura era simplemente patético, pero debido a mi espíritu apasionado y soñador desde que era muy chiquita entendía muy bien de sentimientos y emociones; pero Emilia...pobre Emilia. Su cara si que era un poema. Ahora admiro su valentía y su sinceridad presa por su ignorancia. Con su voz suave y clara contesto que no entendía nada. Así de claro: no comprendía una misera palabra de aquel poema. La profesora muy extrañada le dijo: "bueno, di lo primero que se te ocurra", pensando que Emilia estaba haciendo uso de su timidez y no de su inteligencia. Entonces Emilia cambio la cara y sin apartar los ojos del poema soltó: "blanco, azul rojo verde, negro gris". Aquello hizo explotar una bomba de risas y carcajadas entre todo los pequeños diablillos que no teníamos ni idea de nada y Emilia intento pasar lo más desapercibida posible el resto de su vida escolar, sufriendo grandes problemas de comprensión que nadie parecía entender.

Años mas tarde me encontré con Emilia en la facultad de Bellas Artes. Una vez mas Emilia tenia el don de la expresión en cada cuadro que pintaba y yo seguía siendo pasión y sentimiento sin encontrar el vehículo para sacarlo al mundo exterior. Entones un día, me contó su secreto.

"Soy sinestésica" me dijo después de un largo silencio mientras veíamos una exposición de Rodin. "No veo letras, ni palabras, veo colores". Simplemente me sentí la persona mas falaz del mundo. ¿Pero como coño iba a expresar yo algo si no veía una puta mierda de lo que tenia delante? Tenia que fijarme en lo que yo veía con mi estomago y capturar el resultado de esas conexiones. Para Emilia, las palabras, las letras, las frases tenían color, cada concepto tenia un color que a la vez significaba una emoción distinta de otra. Ella solo tenia que esperar a que se conectaran y todo cobrara sentido. Era francamente asombrosa. Me contó lo mal que lo paso hasta que se dio cuenta de lo que era por una amiga que estudiaba neuropsicología y pudo aprender a controlarlo hasta los limites.

Después de esto me interesé mucho por el cerebro humano, las conexiones neuronales, las lesiones y sus consecuencias, etc. Leí el caso de un hombre que confundió a su mujer con un sombrero. La confundió de verdad, no veía a una persona humana delante suyo, solo su sombrero y el quería ponérselo. No me quiero imaginar como debió sentirse cuando al deslizar sus dedos por el ala de aquel objeto, se topo con las pequeñas y suaves orejas de su esposa que le miraba con una comprensión que solo el amor hace posible.

Casos, dramáticos unos, curiosos otros, hay miles. Mi caso es que veo con el estómago. No veo como lo hacen los ojos, si no como lo hace Emilia o el señor del sombrero. Percibo con el estómago, lo siento todo ahí. Y soy capaz de darme cuenta de cosas que ni adivinaría con solo mirarlas. Porque las cosas hay que sentirlas para conocerlas. No hay acción que no vaya acompañada de una emoción. Al menos eso he aprendido yo. Da igual creer que "ojos que ven, corazón que no siente", porque no todo lo ven los ojos y no es el corazón el encargado de digerir las emociones.

miércoles, febrero 04, 2009

Otra noche sin dormir. A lo mejor debería tomar algo mas fuerte, dos valerianas y una infusión digestiva que reza calma para el cuerpo y la mente no parecen ser suficientes. Y aquí estoy de nuevo, dejándome ver por tercera vez en un espacio aún por conocer que acabo de crear hoy. Y "crear" ya me parece demasiado, porque estaba pensando mientras intentaba dormir, que mas bien nos crea a nosotros. Parece que estamos deseando (al menos algunos) que aparezca un lugar en el que podamos ser quién queramos, no los Antonios, ni los Jorges, ni las Anas, ni los Ricardos de todos los días, sino esa parte de nosotros tan nuestra que a veces no nos queda mas remedio que expresarla para mitigar su presión. ¿Qué parte de mi es "Vita en rojo"? ¿Qué parte de mi voy a dejar a la suerte de quien la lea? ¿Qué parte de mi vas a descubrir mi sol? Tu que me haces sentir la vida. ¡Ay! lo que daría solo con poder tocarte bajo el edredón, entrelazar nuestros pies con ese amor entrañable del que esta cayendo en los brazos de Morfeo con la mejor compañía. Porque yo siento en el estomago tu compañía, y mi edredón te guarda el sitio bajo llave. Debe ser eso, que te siento en el estomago, y al querer buscar el lugar perfecto para caer dormida estoy poniendo a mi edredón en guardia, para que a tu regreso tu sitio este fresco y no viciado por mi insomnio.

Hoy era mi día de acostarme pronto. Algo tan sencillo se me vuelve una aventura obligada. Seguramente ese es el problma, que quiero que sea algo fácil. Quiero ser una marmota. Quiero no pensar. Quiero que desparezcan los porques, que vengan por la mañana a visitarme. Quiero tu olor pegado al mio, tu respiración cuando duermes surtiria el efecto buscado.

Esta bien, te traere conmigo esta noche. No pretenderé que sea fácil, voy a dejar que lo sea, como tu siempre me has enseñado.

lunas de sentido
planetas de sentidos
soles de emociones
galaxias de situaciones
universos de recuerdos
el cosmos de "tu y yo"
Dicen que un blog primeo lo escribes para ti... hace mucho que yo no escribo, quizá demasiado tiempo, quizá no el suficiente. Voy a empezar hoy de nuevo, por rebuscar otra vez en mi mundo interior a ver si ocurre algo inesperado.
Nuestro pequeño mundo interior... porque todos tenemos uno, como lo caracoles. Por eso a veces las cosas cuestan más, porque vamos con ese "mundo interior" a cuestas que dificilmente podemos dejar a un lado para sobrevivir mejor. Aunque ese el encanto de un caracol.